CONCILIACION VUELVE A MATAR...

Vaya forma de terminar la campaña. el equipo tuvo una actuación convincente y derrota con autoridad a un encumbrado rival como Quinquela,quien solo había sido derrotado en dos oportunidades. En la previa Quinquela ya se imaginaba duchado y festejando un triunfo mientras degustaba un matambre acompañado de un buen vino tinto. Pero cuando la caprichosa comenzo a rodar, quien parecía absoluto dominador se vio absolutamente dominado. Así y todo, el juego se mantuvo igualado hasta la agonía final donde apareció gringo Ferreira, su pierna en concreto y su ángel en general.
Ese zarpazo servirá para mejorar el ánimo de Conciliacion y para rebajar la euforia de Quinquela de cara a los añorados y deseados play-offs. También debería utilizarse para sacar conclusiones. Desde el punto de vista de Conciliación la cosa es clara: un delantero como el gringo es imprescindible. Hay futbolistas para sacar ventaja, para ser imprudentes, para enviar mensajes al socio y al enemigo.
El interinato de "el cantante" Benitez se entendió como una reorganización. Puso el inodoro en el baño y la heladera en la cocina. Nada de inventar cosas extrañas. Metio cambios revulsivos en el primer tiempo para desgastar a un rival mas veterano y experimentado a quien el calor y el ritmo del derby fueron demoliendo de a poco y termino siendo un león sin dientes.
El último impulso, no obstante, no debería hacernos olvidar el resto. Para empezar se volvió a mantener la valla en cero. Segundo partido sin goles en contra consecutivo. algo que realmente es muy difícil lograr en esta clase de torneos donde en general se cometen muchos fallos defensivos. Y podemos recurrir a las explicaciones tácticas o zanjar el asunto como un simple problema de concentración. Es más. Es una inercia cósmica. Llegados a este punto, tenemos que pensar que existe una condensación de energía negativa que irradiaba Moreno, algo así como una telepatía funesta que imagina con tanta insistencia el balón dentro del arco propio. Y esta resignación de uno es confianza para el otro, y los partidos se plantean desde el inicio con el mismo desequilibrio anímico que enfrentaría a un león con una cebra.
El asedio resultó fabuloso. Con Quinquela encerrado en su campo y tirando balones al zurdo náufrago, Conciliación completó el ciclo de las recuperaciones psicológicas: primero le volvió la autoestima, después se gustó en el espejo y por último jugó bien, como nunca, abierto por bandas y entregado a sus héroes,Martina,quien parece haber encontrado su lugar en el mundo como lateral izquierdo y Joaquín,rebosante por su incipiente incremento capilar.